La Facultad de Ingeniería de la UNNE, llevó a cabo una medición y
monitoreo del desempeño térmico y energético de sus aulas, con el fin de aplicar medidas correctoras en caso de obtener
datos que revelen “disconfort”. La idea es mejorar el servicio tecnológico y
lograr el uso más eficiente de la energía en la climatización en estos
edificios, indicaron los especialistas.
La tarea, que estuvo a cargo de un equipo de investigadores de la cátedra Estructuras II
de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y del Departamento de Termodinámica
de la Facultad de Ingeniería, incluyó la instalación del instrumental para
medir y monitorear el desempeño térmico de aulas de la facultad. Con la
investigación se busca una evaluación térmica y energética de la edificación de
las Facultades mencionadas. Con esos datos se detectarán posibles problemas de
disconfort, se analizarán sus causas, para posteriormente proponer medidas
correctoras, desde el diseño tecnológico y así lograr el uso más eficiente de
la energía para climatización en estos edificios.
La instalación para el registro de temperaturas se encuadra en el
desarrollo del Proyecto de Investigación
desarrollado en forma conjunta entre las facultades de Ingeniería y Arquitectura
titulado “Evaluación térmico-energética de las sedes edilicias de las Facultades
de Arquitectura y Urbanismo, y de la de Ingeniería de la unne”, bajo
la dirección de los arquitectos Guillermo Jacobo y Herminia Alías,
quienes recorrieron las aulas acompañando al decano de la Facultad de Ingeniería,
doctor ingeniero Jorge Pilar.
La investigación permitirá un análisis de las situaciones
tecnológico – constructivas implementadas en los edificios de las Facultades de
Ingeniería y de Arquitectura del Campus UNNE de la ciudad de Resistencia. Pero
fundamentalmente permitirá recabar información referida a las condiciones de
habitabilidad higrotérmica (el efecto combinado de temperatura y humedad en los
ambientes interiores de los edificios, que son responsables de la sensación de
bienestar psicofísico de sus usuarios en relación al clima regional) y de
consumo energético de los que esas situaciones son responsables, mediante el
empleo de programas informáticos específicos de simulación, que serán validados
mediante las mediciones experimentales que se están llevando a cabo.
La simulación dinámica (aplicando software específico) del
comportamiento térmico de edificios es una técnica que puede predecir los
cambios continuos en las condiciones ambientales internas, en función del
carácter dinámico de la situación climática externa, evaluando y prediciendo de
forma precisa el comportamiento térmico de los edificios, considerando todos
los parámetros que lo definen, tarea cuya realización manual sería compleja y
extensa. Por otra parte, la predicción de estas condiciones interiores
edilicias es decisiva en el diseño de estrategias de acondicionamientos
ambiental (ventilación, humidificación, desecación, enfriamiento y
calentamiento).
Aportes
“Con el estudio se pretende
aportar soluciones con las que se pueda lograr una reducción sustancial del
consumo anual de electricidad, sin que esto implique una reducción en la
calidad de vida ni de las posibilidades de trabajo en los espacios interiores”,
señaló la arquitecta Alías.
Pero la información que se genere con este estudio tiene una
finalidad mucho más amplia, como es la de generar las bases para determinar
políticas institucionales en la UNNE
para el “Uso Racional de la Energía –URE-” en la edificación, atendiendo a las
directivas del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación, que en la Resolución Nº
22/2008, artículo 11, invita a las Universidades Nacionales a implementar
políticas e instrumentos institucionales para el URE.
Instrumental
El instrumental de medición
pertenece al Grupo de Investigación y Desarrollo de Energías Renovables
(GIDER), del Depto. de Termodinámica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE,
que también integra el equipo de investigación que lleva adelante el proyecto. El
ingeniero Pablo Martina, investigador del GIDER, detalló que como sensores de
temperatura se instalaron 6 Termocuplas tipo “K”, una por cada local a
monitorear, colgadas del centro aproximado del cielorraso de cada local, a una
altura aproximada de 2,30
metros del nivel de piso. Los sensores se conectaron a
un módulo de adquisición de datos “Data Logger” (Novus Field Logger),
alimentado con 220 voltios.
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